Guía y consejos para una escapada ‘low cost’ a León
Irse de vacaciones a la playa no está al alcance de todo el mundo, sobre todo en verano. Sin embargo, en esta época en la que el turismo de costa está en auge y alojarse al lado del mar es caro, puede ser una buena opción (y no muy cara) ir a alguna ciudad de interior, aunque sea en una escapada de fin de semana.
Una buena elección puede ser León, una ciudad bien comunicada en la que podemos encontrar buenos precios para alojarnos e incluso a la que podemos acudir en tren y despreocuparnos del coche. Además, un punto a favor es que no hace el calor que acompaña a estas fechas en otras zonas de España.
Mirando con unas dos o tres semanas de antelación por ejemplo podemos encontrar en la web de Renfe trayectos Madrid-León por unos 20 euros y el hecho de que la ciudad esté bien comunicada nos permite llegar desde otros puntos como Segovia o Valladolid. También puede suponer una parada dentro de una atractiva ruta por Castilla y León.
Alojamiento
Como decíamos, alojarse en León no es caro. Incluso yendo un fin de semana de agosto, del 10 al 12 por ejemplo, en dos de los que son los días más caros del año, podemos encontrar habitaciones dobles con baño privado en pleno centro por 50 euros la noche. El precio baja mucho si no nos importa compartir cuarto y baño.
Yendo entre semana, en el mismo mes de agosto, incluso hemos encontrado habitaciones, también en el centro, a 33 euros la noche. Así pues, es una opción muy a tener en cuenta para escaparnos sin gastarnos una pasta, ¿verdad?
Nosotros, no obstante, nos quedamos en su día (también era verano) en el Hotel Spa París, un alojamiento con spa, como su propio nombre indica (y que tiene un circuito de 90 minutos incluido en el precio) por unos 60 euros la noche, así que es para pensárselo. Además estaba en la que es una de las calles más bonitas de la ciudad, la calle Ancha, una vía peatonal que atraviesa el casco antiguo, desde la Plaza de Santo Domingo hasta la Plaza de la Regla en la que está la Catedral.
Qué ver
Y una vez allí, ¿qué hacemos? En un fin de semana o dos días podemos ver muchas cosas en León. Es cierto que es una ciudad que se puede ver en un día, pero se disfruta más en dos, con calma, saboreándola.
León tiene un rico patrimonio histórico y monumental. Llena de historia, la ciudad tuvo su época dorada en el siglo X, al convertirse en cabeza del Reino de León, participando de forma activa en la Reconquista contra los musulmanes, llegando a ser uno de los reinos fundamentales dentro del Reino de España.
El hecho de que además sea una localidad de paso del Camino de Santiago, la convierten en un lugar único en la que la gastronomía también juega un papel fundamental.
Entre sus monumentos más representativos se encuentra la Catedral, la joya de León y el mejor ejemplo del gótico clásico de estilo francés en España en el que destacan sus vidrieras y sus gárgolas. Es sin lugar a duda para nosotros una de las Catedrales más bonitas de España y tenemos dudas si es la que ocupa el primer puesto, sin nada que envidiar a la de Sevilla, Burgos o Santiago. Merece mucho la pena verla también por dentro. La entrada cuesta 6 euros, algo excesivo, pero…
También es de visita obligada la Basílica de San Isidoro, una de las iglesias románicas más importantes de España, en la que descansan los restos de San Isidoro. También descansan allí los reyes de León (Sancha y Fernando) en el Panteón de los Reyes, a los pies de la basílica, en la que retrocederemos a la época medieval. La basílica se alza sobre los restos prerrománicos de un monasterio del siglo X. Entrar cuesta 5 euros.
Tampoco debemos dejar de ver el Convento de San Marcos, primer ejemplo de la arquitectura plateresca y renacentista española. Hoy en día es la joya de la corona de los Paradores y si tenemos dinero dormir allí se convierte en toda una experiencia. Aunque, eso sí, siempre tenemos la opción de desayunar o tomar algo allí (y de paso echar un vistazo al interior). De todas formas, si no es en el Parador, en los alrededores, se desayuna de lujo con tostadas tamaño ‘gigante’ como Dios manda.
El Convento de san Marcos fue sede de los Caballeros de Santiago, luego hospital de peregrinos y hasta una cárcel cuyo residente más ilustre fue Francisco de Quevedo.
El palacio de Los Guzmanes, el palacio de los Condes de Luna, la iglesia del Mercado, la iglesia de San Salvador de Palat del Rey, la Casa de las Carnicerías y sobre todo la Casa Botines, construida y diseñada por Antoni Gaudí en la que en sí una auténtica obra de arte del neogótico, son otros de los lugares imprescindibles de León.
También podemos acercarnos, si tenemos tiempo, hasta el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, también conocido por sus siglas MUSAC.
Y como no todo son monumentos, siempre podemos dar un paseo por la margen izquierda del río Bernesga, por el que se extienden dos boulevares de frondosos árboles; el paseo de Papalaguinda y (seguido a éste, tras pasar la Plaza de Guzmán el Bueno) el Paseo de la Condesa de Sagasta.
El Barrio Húmedo y dónde comer
Pero sin duda uno de los lugares con más encanto de la ciudad es el Barrio Húmedo, la parte más vieja de León, en la zona de la Plaza Mayor y la de San Martín (o de las Tiendas). Para delimitarla podríamos decir que comprende la zona que va entre la calle Ancha, la calle de la Rúa, la calle Caño Badillo y la calle las Cercas.
En esta zona trabajaban antiguamente los artesanos y mercaderes (de ahí que haya calles con nombres como Platerías o Zapaterías), pero ahora esa vida tradicional ha dado paso a hoteles, restaurantes, bares, etc, que se sitúan entre calles estrechas y plazas en un espacio típico de la ciudad medieval convertido en ruta de tapeo. Y no por eso deja de tener encanto.
No nos podemos ir de allí sin tomar una rica cecina ahumada, chorizo picante, morcilla o cualquiera de sus impresionantes quesos. Aquí el embutido es el rey.
En el Barrio Húmedo os recomendamos el sitio en el que estuvimos. Se llama bar El Gaucho. La calidad de las tapas es muy buena y tiene buenos precios. Con la consumición ponen tapa (morcilla, sopa de ajo, picadillo…).
Y qué decir de las patatas con un punto picante de El Flechazo.
Si queréis comer también barato está Jamón, Jamón, tirando hacia la Catedral desde el Barrio Húmedo. Con la consumición ponen embutido buenísimo. Los precios no pueden ser más competitivos.
Y si queréis comer más tranquilos os recomendamos La Bodega del Húmedo, lugar en el que cenamos muy a gusto. El sitio es espectacular. A destacar las croquetas y los huevos rotos. La calidad del género está muy bien, las raciones son muy grandes y la relación calidad/precio es buena.
De todas formas, en León, salvo excepciones, casi todos los sitios cumplen.
¿Por cierto os acordáis del disco de Café Quijano ‘La taberna del Buda’? En ese álbum estaba ‘La Lola’, una de sus canciones más conocidas. Pues bien, ‘La Lola’ es el bar del padre de los componentes del grupo, situado en la calle Ruiz de Salazar 22, a cinco minutos andando de la zona céntrica. Allí encontraremos fotos del grupo, premios…y al padre, que también canta.
Y si queremos tomar algo por la noche, podemos ir de cervezas a sitios como Molly Malone´s o La Céltica. No obstante, en todo el Barrio Húmedo tenemos muchos lugares para tomar una copa y alargar la noche.
Una alternativa de viaje
Y si lo que queremos es ir a León en una escapada todavía más rápida, hay un tren que ofrece a los viajeros de Madrid, Segovia, Valladolid y Palencia la posibilidad de viajar los sábados hasta allí y comer en uno de los 15 restaurantes a elegir.
El precio del tren más el menú y la visita a San Isidoro es de 88 euros si vamos desde Madrid, 80 desde Segovia, 67 desde Valladolid y 60 desde Palencia.
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